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Crear marcas es para especialistas

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Como hacía mucho tiempo que no escribía nada, quiero aprovechar este breve post para reivindicar un poco nuestro trabajo, de gran importancia, y al que le pasa como a los dentistas, la gente se arrepiente de no haberlos contratado cuando ya el daño está hecho.

 

Es lógico que una marca no lo puede tener todo, aunque se puede calcular qué es lo que más importa cuando la creamos.

 

Muchas startups no ven importante este tema y como cuentan con el capital justo deciden hacerlo todo ellos. Hace poco una empresa quiso contratarnos por menos de lo que pago a mi jardinero… les ofrecimos trabajar a cambio de un variable a pagar en una eventual ampliación de capital porque era un negocio con potencial. La respuesta fue: “en este momento no tenemos ese dinero”. Ya, pero tras la ampliación lo tendrás…

 

Un ejemplo claro que me viene a la mente ahora es el de una empresa que se anuncia mucho en la radio. El problema de esta marca es… ¿Por donde empezar? De momento la marca es “Duchate”. Desde el punto de vista jurídico muy mala, ya que su “distintividad” se sustenta en su gráfica, como le ocurría a “Gas Natural”. A cualquiera le aceptarán el registro de un descriptivo como “Dúchate con Roca”. Además su identidad visual es muy mala. El diseño va en gustos pero al menos deberían haberle puesto un acento (inicialmente «duchate» estaba del mismo color, alguien dirá que se refieren a «ducha» y a «te», pero entonces al logo le falta una taza).

 

En la radio directamente se refieren a la marca por su dominio Internet “dúchate.es” dicen.

El que esté acostumbrado a teclear como Dios manda, respetando la ortografía, recibirá una pantalla de error, porque las URLs no soportan los acentos. Afortunadamente para esta empresa, la ortografía cada vez importa menos en España.

Desde el punto de vista de su estrategia, parece inexistente. ¿Qué les hace especiales? Nada parece indicarlo. Cambian bañeras a duchas. Esto está bien, pero es insuficiente. Seguramente el negocio va bien pero impide escalar a otros espacios con facilidad. Ahora quieren vender reformas de cocinas. “Dúchate” vendiendo cocinas es como Telepizza vendiendo hamburguesas…

Todo esto hay que pensarlo antes, y confiar en el consejo de los especialistas. Cada vez ocurre más a menudo que la marca la hace una empresa que diseña Webs. Así luce el pelo.

Ya puestos a comentar estos temas de la ortografía, quiero mencionar una última idea. Hay que cuidar la terminología en marcas y productos. En general, a las incorrecciones no ayudan a vender más. No soporto que las marcas pongan en sus etiquetas “fregasuelos”.

 

Es una horterada inmensa y una epidemia. Es como decir: “apreta la tuerca”.

El diccionario panhispánico dice textualmente:

“friegasuelos. Sustantivo masculino que significa ‘producto para fregar el suelo’: Este friegasuelos es muy potente. Debe evitarse la forma fregasuelos, ya que este sustantivo se ha formado con la tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo fregar, que es friega y no frega (→ fregar(se))”.

Braun emitió un anuncio de una plancha con superficie “antiralladuras”. ¡Bravo!

También hay que ver si la marca se va a anunciar en radio: En los anuncios de radio de «sportium» tienen que recalcar que no lleva una e al principio. Le pasó a «ladbrokes» cuando aterrizó en España. tras muchos esfuerzos deletreando cambiaron la marca aquí.

Crear una marca no es decidir un nombre y un logo de cualquier manera. Hay mucho trabajo especializado alrededor. Hay marcas que tienen un sencillo logo tipográfico y un magnífico universo visual y de significado. Por ejemplo, el nuevo Uber. Pero eso lo contamos otro día.