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No regales tu nombre

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Cuando uno crea una empresa, una de las primeras cosas que debe decidir es su nombre. No os voy a contar lo de siempre, sobre que eso no es una cosa fácil y que requiere especialistas, y todo lo demás.

 

Hoy quería centrarme en una tentación, muy humana y que muchas veces funciona. Ponerle el nombre del fundador. El mundo está lleno de ejemplos, y muchos de ellos en el propio sector del branding, lo que no deja de tener su gracia.

mcafee

En branding: Landor Associates (por Walter Landor, su fundador), Wolff Olins (por Michael Wolff y Wally Olins), Siegel & Gale (por Alan Siegel y Robert Gale), etc. En el mundo de la consultoría y servicios: Price Waterhouse, Arthur Andersen, Ernst & Young, etc. En las empresas tecnológicas: Hewlett Packard (Bill Hewlett y David Packard) , Kasperski (por Yevgueni Kasperski) o McCafee (por John McCafee), estas dos últimas famosas por sus antivirus.

 

Está bien eso de querer pasar a la posteridad. Lo que pasa es que las empresas deben ser capaces de volar sin su creador pasado un tiempo. Es como los hijos, que nos necesitan hasta que son autónomos. Y pasado un tiempo es posible que queramos vender la empresa, o salir de ella. Es bueno que el prestigio personal te acompañe toda la vida, y no es bueno tener que renunciar a él por razones legales. Es lo que le ha pasado a John McCafee.

 

McCafee vendió su compañía de seguridad informática a Intel en 1991. Desde entonces ha invertido en diversos negocios, y uno de ellos ha sido desde MGT Capital, adquiriendo una empresa llamada D-Vasive. Y aquí viene el problema, porque le quiere cambiar de nombre y usar de nuevo el suyo. Y lógicamente no le dejan. Está de peleas con los abogados, pero McCafee es una marca registrada en ese mismo sector y era parte de los activos de la empresa cuando la vendió.

 

Por ejemplo, Woff Olins sigue beneficiándose del prestigio de Wally Olins (ya fallecido), aunque en el caso de una empresa B2B esto tiene menos importancia, porque los clientes saben quién les va a proporcionar los servicios y en qué empresa se encuentra. En el mundo B2C la cosa cambia, y si el Sr. Kasperski vende su empresa, ya no va a poder usar su nombre.

 

Lógicamente, la marca la vendes cuando vendes la empresa, pero al menos tu nombre sigues teniéndolo. Sin embargo, si bautizaste la empresa con tu nombre, otro puede dedicarse a hacer burradas utilizándolo, y eso no es muy interesante.